El 8 de marzo se celebra El Día de la Mujer, momento en el que la defensa de los derechos de la mujer es lo que
cuenta y en el que debemos reivindicar dichos derechos públicamente con
más fuerza que nunca.
El Día de la Mujer se celebra
desde principios del siglo XX. La primera celebración tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en varios países de Europa. En
ese primer encuentro participaron más de un millón de mujeres por hacer saber al mundo sus reivindicaciones: el derecho al voto, el derecho a la ocupación de cargos públicos, el derecho a la formación profesional y el derecho al trabajo y a la no discriminación
por el mero hecho de ser mujer.
La incorporación de la mujer al trabajo, ayudada por los
movimientos feministas que empezaron a surgir en el siglo XIX, llegó de
una forma inesperada, y por una causa de fuerza mayor: la
Segunda Guerra Mundial. Y es que, mientras los hombres estaban en los frentes arriesgando sus vidas, las mujeres dejaron a un lado las tareas del hogar y empezaron en el mundo laboral. Cuando los maridos volvieron a sus hogares esta situación no cambió, surgió otro modelo de familia que hoy en día es el más común: dos padres
trabajando fuera y repartiéndose las tareas del hogar (al menos en
teoría).
En la actualidad, en las sociedades occidentales todavía siguen resquicios de
un machismo que no termina de asumir que las mujeres puedan ser iguales
que los hombres. Por eso, temas como la desigualdad salarial, las trabas a las bajas por maternidad o el desequilibrio en el reparto
de las tareas del hogar afectan a dicha población.